domingo, 13 de noviembre de 2011

Lea

Quienes leen se benefician tanto de lo que aprensen como de la diversión que obtienen. Pero, además, ejercitan su mente y, cuando lo hacen, se sienten satisfechos de estar invirtiendo bien el tiempo.

¿Qué preferiría ser: Una persona con un ámbito de atención siempre decreciente o una persona con un ámbito de atención en constante aumento? ¿Una persona con acceso a libros de segundo y tercer nivel, que habrían siso considerados basura hace dos décadas, o una persona con acceso al trabajo de las mentes más brillantes que han existido?. ¿Una persona que tiene acceso perpetuo a la misma trama con los mismos personajes o una persona con acceso a una cantidad de opciones que se expanden con una imaginación infinita?. ¿Una persona que no será capaz de recordar una historia diez minutos después de haberla leído o una persona que puede guardar un relato toda la vida?.

¿Qué preferiría ser: Una persona que usualmente gasta su tiempo libre frente al televisor o una persona que lo invierte leyendo?

CONCLUSIÓN: Leer compromete la mente. Al leer, ejercitamos nuestra mente memoria e imaginación, y esto puede contribuir a nuestra felicidad, de forma similar a como lo hace el pensar positivamente. Los lectores frecuentes tienen un ocho por ciento más de probabilidades de expresar satisfacción diaria.


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