No Se Culpe

Cuando las cosas salen mal, a veces comenzamos una lista de cómo fallamos o cómo causamos el problema. Esta forma de pensar no solamente nos puede causar malestar, sino que también nos puede impedir actuar. La verdad es que cualquier situación es el resultado de algunas cosas que están bajo su control y de otras que no lo están. No se engañe pensando que una mala situación es completamente obra suya. Recuerde, tiene más sentido lidiar con los resultados que con los errores.

Aquí un relato: esperamos una visita y el lavaplatos eléctrico comienza a botar agua a borbotones. La inundación se está expandiendo por el piso de la cocina, en su camino a la sala de estar. Usted piensa: ¿Por qué tuve que lavar los platos en ese momento? o Si hubiera lavado los platos a mano, esto no estaría pasando. Si hubiera esperado hasta mañana para usar el lavaplatos, no estaría arruinando mi noche. Esto iba a pasar; si sólo hubiera tenido el sentido común para darme cuenta de los hechos,
¿Por qué compré este lavaplatos? Seguro que si hubiera comprado otro modelo, ¡no se estaría inundando mi cocina en este momento!

Cuando las cosas salen mal buscamos establecer las culpas, y con frecuencia nos miramos al espejo. Estudios de Psicólogos han encontrado que muchos somos víctimas del enfoque todo es mi culpa.

Con frecuencia pasamos por alto dos cosas: En forma directa controlamos muy poco las situaciones y nada ganamos en gastar tiempo echándonos la culpa. Esta forma de pensar no arregla el problema, ni mejora nada. Culparse se refiere al pasado; un plan de acción para arreglar el problema se refiere al futuro.

CONCLUSIÓN: La felicidad no depende de cuantas cosas malas le pasan a alguien. Lo que es más importante es si cuando ocurren eventos negativos, la persona tiende o no a concluir en forma negativa sobre sí misma. Las personas que piensan que son ellas las causantes de todo lo malo que pasa tienen un 43 por ciento menos probabilidades de sentirse satisfechas que las que no lo hacen.